domingo, 26 de agosto de 2007

Auxilio en la lluvia


Una noche, a las 11.30 p.m., una mujer afroamericana, de edad avanzada estaba parada en una autopista del estado de Alabama, tratando de soportar una fuerte tormenta. Su coche se había descompuesto y ella necesitaba desesperadamente que la llevarán. Toda mojada, ella decidió detener el proximo coche.
Un joven blanco se detuvo a ayudarla, a pesar de todos los conflictos que habían ocurrido durante los años 60. El joven la llevó a un lugar seguro, la ayudó a obtener asistencia y la puso en un taxi. Parecía estar bastante apurada. Ella anotó la dirección del joven, le agradeció y se fue.

Siete días pasaron, cuando tocaron la puerta de su casa, para su sorpresa, un televisor pantalla gigante a color le fue entregado por correo. Tenía una nota especial adjunta al paquete. Esta decía: "Muchísimas gracias por ayudarme en la autopista la otra noche. La lluvia anegó no sólo mi ropa sino mi espíritu. Entonces apareció usted. Gracias a Usted, pude llegar al lado de la cama de mi marido agonizante, justo antes de que muriera. Dios lo bendiga por ayudarme y por servir a otros. Sinceramente: la señora de Nat King Cole."

"NO ESPERES NADA A CAMBIO Y LO RECIBIRÁS"

La "polifarmacia" es muy perjudicial para el adulto mayor


Un tema común entre nuestros adultos mayores, lo constituye la polifarmacia. Estadísticas médicas señalan que el consumo es superior a 4 fármacos diarios, en un mismo enfermo. Muchos profesionales de la salud y pacientes creen que para todo mal debe indicarse un medicamento específico con el fin de eliminar o controlar los síntomas.

Sin embargo, es importante diferenciar la polifarmacia y la polimedicina en el adulto mayor. La polifarmacia es el uso innecesario y excesivo de fármacos; mientras que la polimedicina es la utilización justificada de medicamentos para el tratamiento de la poli-patología (varias males a la vez) del anciano.

El problema radica en que los medicamentos, en sus múltiples presentaciones, pueden tener efectos secundarios e interacciones entre unos y otros, que causarían nuevos síntomas o enfermedades potencialmente más peligrosos que el padecimiento para el cual fueron recetados.

La situación se agrava pues para algunos pacientes los colirios (gotas para los ojos), las cremas, vitaminas, ungüentos, supositorios y otros fármacos, que no se toman vía oral o que son inyectados, no son verdaderos medicamentos, por lo que no los mencionan a sus médicos cuando acuden consulta y se puede caer en la duplicación terapéutica; es decir, que un paciente puede estar recibiendo varios medicamentos repetidos para un mismo problema, pues el médico no ha recibido información apropiada. Esto sucede frecuentemente con medicamentos idénticos, pero con nombres diferentes, porque en un caso se usa el nombre genérico y en otro el comercial.

Los pacientes adultos mayores tienen tres características principales que lo diferencian de otros grupos etéreos:
polipatología, polifarmacia y cambios fisiológicos relacionados con el envejecimiento que alteran la farmacocinética y farmacodinámica de los medicamentos. Estos tres factores hacen que la interacción medicamentosa que puede pasar desapercibida en un paciente joven, en el adulto mayor se manifiesta como una reacción adversa, que en el mejor de los casos, si es detectada como tal podrá corregirse, pero la mayor parte de veces es interpretada erróneamente como empeoramiento de la enfermedad, pobre adherencia al tratamiento o inefectividad de alguno de los fármacos indicados.

Acciones de Control

El primer paso en el control de este problema tan frecuente y que afecta a muchos ancianos del mundo, es llevar consigo, cuando se consulte al médico, una lista de todos los fármacos que toma, incluyendo los que no se consideran medicamentos reales o que les "recetó" el vecino o lo compraron porque lo vieron en un programa de televisión o medio de comunicación escrito.
El segundo paso para atacar la "polifarmacia", es quitarnos de la mente que un síntoma es igual a medicina, porque está comprobado que entre más medicamentos tome una persona, especialmente los ancianos, mayores son las posibilidades de que aparezca un efecto secundario o una interacción, que el paciente podría interpretar como un nuevo síntoma; de esta manera, buscará a un nuevo especialista, para que le recete un nuevo medicamento y así sucesivamente.

No se sorprenda entonces si su médico le sugiere retirar temporal o definitivamente uno o varios de los medicamentos que usted usa cuando detecta alguna de estas alteraciones.

Consecuencias

El insomnio, es un problema típico del abuso de medicamentos y la polifarmacia en el adulto mayor. Este malestar frecuente lleva a las personas mayores al consumo de algunos fármacos por tiempos muy prolongados, dentro de los cuales los más conocidos son los ansiolíticos, de manera que se genera una dependencia de tales drogas para conciliar el sueño. Hoy, según los especialistas, se debe restringir el uso de estas medicinas, que predisponen a las caídas, el estreñimiento, la inmovilidad, problemas de la memoria y atención.

El médico es el encargado de controlar que la polifarmacia no afecte a sus pacientes; para lograr esto, lo ideal es que un solo especialista sea quien recete al adulto mayor.

Consejos Prácticos

1. Conozca sus medicinas. Cuando consulte a un profesional, lleve consigo una lista con todos los nombres de los fármacos que actualmente usa y usó en las semanas previas. Si esto no es posible, lleve siempre los medicamentos con usted.

2. No espere que el médico le recete algo nuevo cada vez que lo consulta. Entre más medicamentos tome usted, hay más riesgo de efectos secundarios o interacciones negativas.

3. Explique al médico sus hábitos de alimentación, del sueño y su patrón defecatorio, así como el consumo de alcohol, café y tabaco. Muchos problemas comunes de los ancianos se originan en estos hábitos y costumbres.

4. Prefiera que su médico le recete medicamentos que sean fáciles de tomar o de aplicar, especialmente que se tomen una sola vez al día.

5. Verifique con su médico el horario para tomar o aplicarse el tratamiento, así como la duración de este.

Estadísticas

Si un paciente está tomando 5 medicamentos, existe la probabilidad de 50% de una interacción importante clínicamente. Cuando son 7 los fármacos por paciente, la posibilidad se incrementa al 100%. De ese total, un 20% podría ser con manifestaciones de reacciones adversas severas.
Las interacciones medicamentosas son causantes de 4.4% de todas las hospitalizaciones atribuidas a fármacos y representan el 4.6% de todas las reacciones adversas medicamentosas (RAM) en pacientes hospitalizados.

domingo, 19 de agosto de 2007

Tercera Edad se convierte en un atractivo mercado para las empresas

Los adultos mayores, es decir jubilados y personas mayores de 65 años, ya no tienen que pagar alquiler de vivienda ni la universidad de sus hijos. Ello los convierte en un interesante consumidor que gasta sin temor su dinero. Por eso el mercado, aunque aún de manera incipiente, ya le ofrece productos a la medida de sus necesidades. En comparación con unos 15 años atrás, la tercera edad dispone hoy de muchas opciones en deportes, estudio, turismo y otras actividades que enriquecen su vida social.

Ya no son los mismos de antes. Las personas mayores de hoy han cambiado. Tienen energía y están activos. Algunos han ahorrado y cuentan con los recursos suficientes para dedicarse, por fin, a vivir la vida sin preocupaciones.

Otros permanecen en sus trabajos, por lo que siguen generando ingresos. Pero sus prioridades están en otros lados. Ya no tienen la preocupación económica para con sus hijos, son etapas que ya pasaron. Por ello tienen un gasto de vida muy bajo que les permite dedicarse a otras cosas. Eso lo convierte en un consumidor muy especial que cuando va al supermercado se concentra en las delicatessen, cuando sale de viaje gasta en souvernirs y a la hora de comprar ropa se preocupa de la moda.

En el Perú hay 2 millones 300 mil personas adultas mayores, que se convierten en un mercado importante para cualquier negocio. “Los que están afiliados a Essalud, obviamente, tienen ingresos menores, pero también se pueden acoger a las promociones especiales que se han creado para ellos. Es un nuevo tipo de consumidor muy interesante y las proyecciones indican que esta cifra en el 2025 podría superarlos 4 millones. Y a medida que crece su número, también lo hace su poder de compra.

Sin embargo, a la hora de hablar de este segmento de la población, no es correcto pensar en un solo tipo de gente; porque existen marcadas diferencias entre los que están entre los 60 y 70 años y los que tienen más. El primer grupo todavía es autosuficiente, muchas veces sigue activo en el trabajo, está preocupado de la moda y, por su energía, sale más seguido. Siente que su futuro depende de sí mismo y está más dispuesto a hacerse cargo de sus aciertos y errores. De los 70 hacia arriba, en cambio, se transforma en un segmento más estático. Es una población que mayoritariamente vive acompañada y que muchas veces requiere el apoyo de la sociedad para desenvolverse sin temores.

Por eso son varios los sectores de la economía que empiezan a enfocarse en este nuevo consumidor, aunque esa tendencia todavía es incipiente. Uno de los rubros que está aprovechando mejor esta falta de atención es el servicio turístico. Se ha creado la primera agencia de viajes, Gloria Travel, que se especializa en personas mayores de 65 años, quienes en esta etapa de su vida gustan de emprender viajes tanto al interior como al exterior del país.

Se cree que es un segmento que no consume. Este es un concepto equivocado. Los adultos mayores son clientes muy especiales porque son más exigentes que los jóvenes y les interesa mucho la calidad del servicio. De acuerdo con estudios realizados, este segmento poblacional no se anima a viajar porque no tiene quién lo acompañe. Frente a esta situación es conveniente ofrecer una asistencia personalizada para brindarles apoyo, seguridad e incluso asistencia médica.

Cifras Internacionales

Según la ONU, el número de personas mayores de 65 años en el año 2025 será de 1,100 millones. Esto se explica por el incremento de promedio de vida, el cual se ha elevado en seis años en un cuarto de siglo, y por el declive de la fecundidad y una edad de jubilación más temprana.


Este segmento poblacional tendrá mejor salud, más dinero y tiempo libre, lo que incrementará la demanda de viajes. El marketing turístico se puede enfocar hacia un sector prometedor que goza de tiempo libre, de libertad de horarios y que no padece restricciones financieras.

Tolerancia cero: Un cero a la izquierda

Por: Josefina Barrueto

Es una lástima comprobar que el Plan Tolerancia Cero implementado por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), que ordena el control del transporte interprovincial de pasajeros y de carga, no se cumple en el interior del país.

No solo las autoridades de los gobiernos regionales pasan por alto la disposición del MTC al no realizar operativos en las carreteras; sino también los pobladores de las distintas zonas del interior que pasan por alto la constante inseguridad en el transporte. Parece que no les importara, pues los pasajeros son los que deberían ejercer el control más inmediato sobre la seguridad de los ómnibus.

Esta total falta de apoyo al Plan Tolerancia Cero la pude comprobar en mi reciente viaje a la provincia de Yauyos, en el Departamento de Lima. La empresa bus Reyes que cubre la ruta Lima-Yauyos-Lima partió de su local, en la avenida Luna Pizarro 456 (La Victoria) a las 6.30 de la mañana con el ómnibus casi completo. A lo largo de la ruta, se detuvo varias veces para recoger pasajeros y ya estaba lleno cuando llegamos a Cañete. Allí, hizo una parada y los viajeros bajamos a desayunar a las 10 de la mañana.

En el local de la empresa en Cañete había mucha gente esperando y quedé muy sorprendida al ver que todos abordaron el autobús, sin importarles hacer el viaje de pie y apretujados. Cabe mencionar que entre los “parados” había hombres, mujeres, ancianos, madres con niños y hasta cuatro miembros de la Policía Nacional, supe que eran miembros de las fuerzas del orden, porque los vi. uniformados en la ciudad de Yauyos.

Los lugareños viajan con animales vivos (gallinas, pollos, cerdos, etc.)y todo tipo de carga como sacos de arroz, azúcar, artículos de plástico y todo lo que uno se pueda imaginar. Esta carga va en el techo del ómnibus y a lo largo de la ruta es manipulada por dos jovencitos, quienes provistos de escaleras suben y bajan los bultos a pedido de sus dueños.

El viaje de los “parados” duró más de 7 horas, pero nadie se quejó, ni dijo nada, parece que ellos ignoran lo que es el Plan Tolerancia Cero; es más creo que no les importa, pues toleran la precariedad de los ómnibus y la imprudencia de sus conductores. Inclusive, los encargados de hacer cumplir la ley (la Policía) se ven obligados a viajar en condiciones extremas, debido a la falta de empresas y de un mayor número de unidades para cubrir la ruta. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los que usan el transporte terrestre interprovincial pertenece al segmento pobre de la población.

El promedio diario de muertes en las carreteras peruanas es muy alto y ya es momento que todas las instancias con responsabilidad en el problema intervengan, empezando por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, que es la entidad del Poder Ejecutivo encargado del diseño e implementación de las políticas del sector. También está comprometida la Policía Nacional, en cuanto al control de carreteras, el Poder Judicial para sancionar con rigor las irregularidades que se denuncien y los gobiernos locales y regionales para cooperar en el cumplimiento de las políticas trazadas.

El regreso de Yauyos a Lima, a pesar que se realiza de noche y en menos tiempo, tiene el mismo ingrediente, gente que viaja de pie las 7 horas que dura el trayecto; la única diferencia es que “duermen parados”.

jueves, 2 de agosto de 2007

Vivir …aprendiendo

A los 5 años, aprendí que a los pececitos dorados no les gustaba la gelatina.

A los 9, aprendí que mi profesora solo me preguntaba cuando yo no sabía la respuesta.

A los 10, aprendí que era posible estar enamorado de cuatro chicas al mismo tiempo.

A los 12, aprendí que, si tenía problemas en la escuela, los tenía más grandes en casa.

A los 13, aprendí que, cuando mi cuarto quedaba del modo que yo quería, mi madre me mandaba a ordenarlo.

A los 15, aprendí que no debía descargar mis frustraciones en mi hermano menor, porque mi padre tenía frustraciones mayores y la mano más pesada.

A los 20, aprendí que los grandes problemas siempre empiezan pequeños.

A los 25, aprendí que nunca debía elogiar la comida de mi madre cuando estaba comiendo algo preparado por mi mujer.

A los 27, aprendí que el titulo obtenido no era la meta soñada.

A los 28, aprendí que se puede hacer, en un instante, algo que te va a hacer doler la cabeza la vida entera.

A los 30, aprendí que cuando mi mujer y yo teníamos una noche sin chicos, pasábamos la mayor parte del tiempo hablando de ellos.

A los 33, aprendí que a las mujeres les gusta recibir flores, especialmente sin ningún motivo.

A los 34, aprendí que no se cometen muchos errores con la boca cerrada.

A los 38, aprendí que, siempre que estoy viajando, quisiera estar en casa; y siempre que estoy en casa me gustaría estar viajando.

A los 39, aprendí que puedes saber que tu esposa te ama cuando quedan dos galletas y elige la menor.

A los 42, aprendí que, si estás llevando una vida sin fracasos, no estas corriendo los suficientes riesgos.

A los 44, aprendí que puedes hacer a alguien disfrutar el día con solo enviarle una pequeña postal.

A los 47, aprendí que niños y abuelos son aliados naturales.

A los 55, aprendí que es absolutamente imposible tomar vacaciones sin engordar cinco kilos.

A los 63, aprendí que es razonable disfrutar del éxito, pero que no se debe confiar demasiado en el. También a los 63, aprendí que no puedo cambiar lo que pasó, pero puedo dejarlo atrás.

A los 64, aprendí que la mayoría de las cosas por las cuales me he preocupado nunca suceden.

A los 67, aprendí que si esperas a jubilarte para disfrutar de la vida, esperaste demasiado tiempo.

A los 71, aprendí que nunca se debe ir a la cama sin resolver una pelea.

A los 72, aprendí que, si las cosas van mal, yo no tengo por qué ir con ellas.

A los 76, aprendí que envejecer es importante.

A los 91, aprendí que amé menos de lo que hubiera debido.

A los 92, aprendí que todavía tengo mucho para aprender.Siempre estamos aprendiendo algo nuevo, algo lindo, algo digno, como por ejemplo que la paz no se logra si realmente no se está dispuesto a perdonar por ella.

Entender cuál es la verdadera importancia de la familia, de la gente simple, de la vida misma.

Que si bien todos tenemos distintas cualidades, capacidades y habilidades, sepamos valorar las que tenemos y ofrecerlas a los demás. Debemos, también enriquecernos, aceptar y disfrutar con las que otros nos pueden brindar. Saber aceptar nuestras limitaciones y no olvidarnos de nuestras metas, aunque muchas veces parezcan muy lejanas y difíciles. Encaminarse hacia ellas es el primer paso hacia algo que ni siquiera podemos imaginar.


"Realmente no tiene mucha importancia hasta qué edad vivimos, lo importante es sentir que no lo hemos hecho en vano"

Ciudadanos saludables

Con el objetivo de convertir a la población en general en promotores de estilos de vida saludable, la comuna de San Borja, viene desarrollando políticas de gestión para crear ambientes sanos que le permitan al ciudadano, en especial a los adultos mayores, gozar de un clima adecuado, concientizándolo para su propio desarrollo como persona.

Las políticas que se aplican, están basadas en la carta de Ottawa, elaborada en el marco de una reunión celebrada en Canadá el 21 de noviembre de 1986. Allí se abordan los problemas de salud derivados de los estilos de vida y se propone un modelo de gestión orientado hacia el desarrollo del ser humano de cada colectividad. Se recomienda modificar la planificación, tradicionalmente dirigida a los servicios de atención sanitaria aportando información, educación para la salud y potenciando las habilidades para la vida.

Normalmente cada gobierno lo que pretende siempre es mostrar obras y desarrollo urbano pero si este último no tiene desarrollo humano y entorno saludable de nada sirve, aseveró el Alcalde de ese distrito, Alberto Tejada, al agregar que “es esencial capacitar a la población para que aprenda a lo largo de su vida a prepararse de cara a todas y cada una de las etapas de la misma y a afrontar las enfermedades y lesiones crónicas.

El municipio de San Borja, propone estilos de vida distintos a través de 5 pilares fundamentales:

1) seguridad ciudadana, sin la cual es imposible salir a la calle. Nosotros necesitamos usar los espacios públicos como la extensión de la casa y no seguir atrincherándonos con más rejas dentro de nuestras viviendas.

2) medio ambiente, demandamos la participación ciudadana para abordar la faceta ecológica global de nuestros modos de vida y cerrar filas en torno a la defensa de nuestros recursos naturales, principalmente de parques, jardines y otros ambientes sanos.

3) nutrición, se requiere capacitar a la población para que ejerza un mayor control sobre los alimentos que debe consumir y su propia salud.

4) actividad física en las calles tomando los espacios públicos. Sería ideal contar con infraestructura, pero muchas veces ésta no existe. El cambio de modelos de vida, trabajo y ocio tienen un efecto significativo sobre la salud. El trabajo y el ocio deberían ser una fuente de salud para la población.

5) prevención en salud. Creemos que mucho más importante es prevenir que lamentar porque el modelo tradicional en la medicina es ir al médico cuando se tiene síntomas y de lo que se trata es de proponer todos los estilos de vida saludable, para que esto a su vez tenga un impacto en la economía y en el desarrollo de la comunidad.

EL BOTIQUIN, un auxiliar del que me había olvidado


Por: Josefina Barrueto

Viajar siempre es un placer en cualquier etapa de nuestra vida. Admirar nuevos paisajes, dentro y fuera del país es placentero, conocer nuevas ciudades donde se encontrará prácticamente todo cuanto ha soñado para unas espléndidas vacaciones. Muchos e interesantes vestigios arqueológicos, ciudades coloniales, playas, ríos, arte, cultura, una vasta gastronomía y, sobre todo, gente amigable, nos renuevan la vida en cada viaje que emprendemos.

A lo largo de nuestros 33 años de matrimonio, mi esposo Christian y yo hemos realizado innumerables viajes y paseos con nuestros hijos Christian Jr. y Pamela. Cuando eran pequeños, lo primero que guardábamos cuando hacíamos las maletas o mochilas era el botiquín, una pequeña caja con medicamentos de primeros auxilios como el alcohol, aceptil rojo, termómetro, pastillas para el resfrío, analgésicos para la fiebre, ungüentos para picaduras, jarabe para la tos y otros remedios propios de la edad de los niños.

Los chicos ya crecieron, cada uno hace su vida, así que mi esposo y yo continuamos con nuestros viajes y paseos solos. Y también me olvidé de llevar consigo el botiquín.

Mi esposo aún no tiene 60 años, pero padece de artritis en la rodilla y en nuestro último viaje a Yauyos, para conocer Huancaya, le recrudeció esta dolencia ya que el viaje fue bastante largo y agotador (más de 12 horas de recorrido), teniendo en cuenta que el ómnibus hace paradas en cada pueblo. Al bajar del bus la rodilla de mi esposo estaba bastante inflamada y cuanto lamentamos no tener un botiquín a la mano. En Yauyos no hay farmacias, las dolencias de los lugareños son atendidas en la posta médica del Ministerio de Salud, pero como era feriado esta no atendía. Nos informaron que los medicamentos son comercializados por la posta y en las bodegas sólo se venden curitas y algunos ungüentos.

Creo que como nosotros, muchas parejas y personas adultas mayores que gustan de realizar viajes o paseos deben recurrir al botiquín para aliviar algunas molestias propias de la edad.

Como consecuencia de esta mala experiencia, apenas llegamos a Lima fuimos a comprar un pequeño botiquín con elementos básicos como alcohol, agua oxigenada, gasa, algodón, tintura de árnica (para dolores y golpes), esparadrapo, venda, sulfalab (para heridas y quemaduras leves), curitas y pastillas para la fiebre y el dolor.