lunes, 27 de septiembre de 2010

EL ADULTO MAYOR Y EL DESPRENDIMIENTO DE RETINA

El desprendimiento de retina, es una patología ocular extremadamente grave que si no se trata, puede ocasionar la pérdida permanente de la visión. El tratamiento debe ser inmediato, dentro de las 24 horas después de aparecer los primeros síntomas; y la operación para restablecer la retina debe realizarse, de ser posible en la semana siguiente de ocurrido el desprendimiento.

Como consecuencia del proceso de envejecimiento, los adultos mayores son el grupo más propenso a sufrir esta dolencia  y en mayor proporción aquellos que sufren de diabetes severa, hipertensión y obesidad. Esta condición, a menudo ocurre espontáneamente; sin embargo también puede ser causada por un traumatismo (golpe) o un trastorno inflamatorio. También puede aparecer por una hemorragia que fraccione la capa, la rompa y la desprenda.

El retinólogo, es el especialista que se encargará de señalar si el paciente presenta esta patología e indicará el tratamiento a seguir.

¿Qué es la retina?
Es un tejido transparente en la parte posterior del ojo que lo ayuda a uno a ver las imágenes enfocadas en ella por la córnea y el cristalino.

¿A qué llamamos desprendimiento de retina?
Es la separación de la membrana sensible a la luz, situada en la parte posterior del ojo (retina) de sus capas de soporte.

SINTOMAS
-      Destellos de luz brillante, especialmente en la visión periférica (que significa “lejos del centro”, que  está referido a las áreas alejadas del centro del cuerpo).
-      Disminución repentina de la visión
-      Visión borrosa, gran cantidad de partículas flotantes que se desplazan por el campo visual o algo  similar a una cortina que obstruye la vista, dan la apariencia de “moscas Volantes” en el ojo.
-       Sombras o ceguera en una parte del campo visual, que es el área total en la cual los objetos se pueden ver en la visión lateral.

TIPOS DE TRATAMIENTO
Las técnicas usadas con más frecuencia son la foto coagulación con láser, la crioterapia, la retinopexia neumática, la vitrectomía, el drenaje del líquido subretiniano y el anillo escleral.
  • Foto coagulación con láser: mediante el láser se causan quemaduras controladas alrededor de la zona desprendida. Estas quemaduras acaban por cicatrizar y sellar la retina al tejido que está debajo, que es la coroides.
  • Crioterapia: mediante una criosonda se congela el tejido situado alrededor de zona desgarrada, tras lo cual se produce una cicatrización
  • La retinopexia neumática: se introduce una burbuja de gas en el interior del ojo, el gas realiza una presión sobre la zona desprendida favoreciendo su cicatrización.
  • La vitrectomía: consiste en una intervención quirúrgica mediante el cual se extrae el humor vitreo del interior del ojo.
  • Anillo escleral o cierre esclerótico: es un procedimiento quirúrgico mediante el cual se coloca una banda o anillo alreddor de la capa más externa de la pared del ojo, la esclera, con la finalidad de mantener una presión externa sobre el globo ocular que impida la extensión del desprendimiento de retina.

Cabe señalar que los tratamientos antes descritos no garantizan la recuperación total de la visión, en el mejor de los pronósticos la recuperación se puede dar entre un 50 y 80 por ciento de la visión.

Hay casos, en los que la cirugía no puede evitar la pérdida permanente de la visión, de allí la importancia de acudir a tiempo al especialista, en cuanto se advierta alguno de los síntomas antes mencionados.

La cirugía no evita un nuevo desprendimiento de la retina, por lo tanto es necesario que cada paciente asuma su responsabilidad, cuide su alimentación, realice ejercicios, para evitar enfermedades como la diabetes y la hipertensión, que son las causantes directas de esta condición.