Que detalle....en las bodas de plata

Por Josefina Barrueto

Hoy en día no es nada fácil entablar una relación estrecha con el Señor. Vivimos en tiempos críticos, difíciles de manejar en los que la mayoría de la gente ama los placeres. Sin embargo, con el paso de los años, cuando somos adultos mayores, vamos entendiendo que la vida espiritual es importante. Por eso cuando la vitalidad decrece el amor a Dios se convierte en la piedra angular de nuestra vida y tratamos de alimentar nuestra fe mediante la oración, la misa diaria y la confesión frecuente.

Precisamente, asistí con gran alegría a la celebración del 25 Aniversario de la Ordenación Sacerdotal de nuestro amigo JUAN DE DIOS ROJAS PAJUELO. La iglesia estaba desbordando (mucha gente se quedo sin entrar) y es que este Vicario General de la Diócesis del Callao es muy querido por la comunidad chalaca toda vez que es uno de los que ha levantado su voz para pedir paz en el Primer Puerto y que cesen los enfrentamientos entre las bandas del Callao.

“Que detalle Señor has tenido conmigo, cuando me llamaste, cuando me elegiste, cuando me dijiste que eras mi amigo. Que detalle Señor has tenido conmigo”, fueron las palabras emocionadas que pronunció el sacerdote, durante el acto litúrgico, que estuvo a cargo del Obispo del Callao, Monseñor Miguel Irizar, quien resaltó su entrega en el trabajo pastoral.

Juan de Dios Rojas nació en Lima, el 28 de marzo de 1952 en el seno del matrimonio de Cristóbal y Elvira. Estudio la secundaria en el Colegio Apostólico de los Oblatos de San José en Barranco y los concluyó en el Colegio Italiano Antonio Raimondi.

Realizó sus estudios superiores en la Escuela Normal Marcelino Champagnat, graduándose como profesor de secundaria en la especialidad de Filosofía y Religión. Desempeñándose después como profesor de Educación Religiosa en el Colegio Militar Leoncio Prado durante 14 años. Posteriormente cursó los estudios de Teología en el Instituto Superior de Estudios Teológicos Juan XXIII.

Recibe la Ordenación Diaconal el 24 de Octubre de 1982, de manos de S.E. Monseñor Augusto Vargas Alzamora S.J., quien era Obispo Prelado de Jaén y Secretario General de la Conferencia Episcopal Peruana. En la Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, el 26 de Junio de l983, recibe la Sagrada Ordenación Sacerdotal, por la imposición de manos y unción del Arzobispo-Obispo del Callao. S.E. Monseñor Ricardo Durand Flores S.J. en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de la Punta. En mayo de l984 fue nombrado Vicario Parroquial de la Parroquia San Juan Macías de Vipol, para ser luego nombrado Párroco de la misma el 16 de agosto de l987. Fue importante la labor pastoral que desarrolló tanto como iniciador así como animador en la creación de las Parroquias María Madre de Dios Santo Toribio de Mogrovejo, San Francisco Javier, Cristo Liberador entre otras.

Años después de intensa labor pastoral, desde el año 1997 hasta 1999 continuó sus estudios en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, y obtuvo la licenciatura en Teología Moral. También desempeñó su ministerio en la Parroquia de Cisano Sul Neva en la Diócesis de Albenga Italia, en el año 1999.

Monseñor Miguel Irizar Campos, Obispo del Callao, lo nombró Coordinador Diocesano de las Celebraciones del Año Jubilar del 2000. El 29 de abril del, 2000, fue nombrado Vicario General de la Diócesis del Callao y el 2 de diciembre del 2001 Párroco de Santa Rosa del Callao.

Al finalizar el acto litúrgico un emocionado Juan de Dios dijo: “ Quiero dar gracias al Señor, por lo realizado en mí en estos 25 años. Han sido años llenos de ilusión y felicidad, con defectos, problemas y dificultades, pero en medio de todo he sentido la presencia del Señor que me acompañaba con su amor y misericordia”. En este momento no puedo dejar de recordar a mis padres que me inculcaron el amor a Cristo, a María y a la Iglesia; y a mis hermanos que en todo momento me demostraron su apoyo y afecto.

A Mons. Ricardo Durand que me ordenó sacerdote y me enseñó a tener ilusión por los más pobres y el entusiasmo por los niños más necesitados. Mi cordial agradecimiento a Mons. Miguel Irizar, mi padre y pastor que me enseñó a afrontar las dificultades y me animó a lanzarme a la gran misión diocesana y por confiar en mí.

Al pueblo chalaco que me enseñó a escuchar con los oídos del corazón y amar con el corazón, pero sobre todo a entender que no me pertenezco a mi mismo sino a los demás.

A todos ustedes amigos que siempre me acompañan, les pido, me encomienden a Dios para que pueda seguir perseverando en la fe, esperanza y caridad y sea un fiel discípulo misionero de Jesús, el Buen Pastor. Pido al Señor del Mar y a Nuestra Madre y Reina, la Virgen del Carmen de la Legua, me concedan continuar sirviendo a la Iglesia en medio de la sencillez y alegría.