lunes, 23 de junio de 2008

Mitos de la ancianidad


Muchos mitos y falsas creencias que contribuyen a la desvalorización de las personas adultas mayores andan de boca en boca y casi siempre encuentran gente receptiva que las considera verdaderas. Con el siguiente artículo, queremos contribuir a destruir éstos prejuicios, cambiar a la sociedad para que trate mejor a los ancianos; y hacer reflexionar a los mayores sobre sus potencialidades innegables, fruto de los conocimientos y experiencias adquiridas durante el transcurso de la vida.

Una de esas falsas creencias pero de gran popularidad es la que sentencia “No hay nada parecido a un viejo que otro viejo”. Sin embargo, en la práctica sucede lo contrario, más se parecen los jóvenes a sus pares, que un anciano a otro. La diferencia radica en el modo de haber vivido la vida, la crianza y la educación que tuvieron, la salud que poseen y las energías con que se afanen por seguir siendo útiles a su familia y servir a la sociedad.

Otro mito muy conocido señala: “la sexualidad y la ancianidad no están ligados”. Hoy en día, la mayoría de personas, inclusive los adultos mayores, suelen pensar que no es tan bueno tener sexo a su edad y que las relaciones sexuales son algo exclusivo de los jóvenes. Se considera que solo es normal la actividad sexual durante la edad reproductiva y por lo tanto los ancianos no tienen porque practicarla. Nada más lejos de la verdad, pues la necesidad de vincularse con la pareja, de expresar sentimientos y de recibir amor no se pierde con la edad y en estos tiempos modernos, donde ciertos perjuicios van quedando a un lado, abundan los ancianos que disfrutan de su sexualidad hasta avanzada edad, solo depende del ingenio y las ganas.

Un tercer criterio completamente erróneo es el que califica a los “viejos como enfermizos y débiles”. El envejecimiento constituye un proceso biológico no una enfermedad. Sin embargo, muchas personas hacen comparaciones odiosas entre la vejez y lo “viejo”, lo inservible, lo que hay que sustituir. Gracias a los avances médicos y al crecimiento de las expectativas de vida, existe un gran número de personas que llega a la tercera edad con un espíritu en alto y gozando de una buena salud mental, lo que significa enfermarse menos y físicamente sentirse útiles, lo que constituye el mejor antídoto contra las depresiones y el síndrome de considerarse como un estorbo.

Otro mito, es el que considera como “viejo verde” a los hombres mayores que dan ostensibles manifestaciones de cariño a su pareja. Algunos jóvenes se sorprenden, se avergüenzan y hasta emiten comentarios agresivos e irónicos, cuando aprecian a dos viejitos besándose o a un caballero mayor lanzando un piropo a una dama, sea joven o madura.

A esta lista se puede agregar otro criterio erróneo: “las desviaciones sexuales son más frecuentes en la vejez”. Muchos consideran que es indecente, incorrecto y de mal gusto que los viejos tengan encuentros íntimos y den rienda suelta a todas las fantasías eróticas guardadas. Nada más lejos de la verdad. Hay que comprender, que muchas parejas, por el paso natural de los años, se aburren de la misma rutina y comienzan a buscar formas sexuales y de amor más sofisticadas. Justamente, en esta etapa se ha alcanzado la madurez necesaria para poner en práctica y hacer realidad los deseos. Estas expresiones no hay que verlas como una rareza sino como algo natural. Hay que liberarse de estereotipos, prejuicios y tabúes.

Otro criterio completamente erróneo es el que califica a los “viejos como mañosos”. Una explicación válida podría ser que en esta etapa de la vida se agudiza el criterio de la realidad y se toma una mayor conciencia de lo que puede hacerse sexualmente. El erotismo está vigorizado en comparación con el acto sexual y cobra más fuerza la cercanía y la intimidad corporal.

Estamos seguros que en el tintero quedan más mitos, pero hay que recordar que la sexualidad nunca para de crecer, la podemos practicar hasta el último día de nuestra vida. Incluso, un hombre y una mujer sanos física y psicológicamente de edades muy avanzadas pueden mantener un determinado nivel de actividad sexual. Concentrémonos en vivir, salga de la rutina y disfrute su vida sexual.

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